BIOENERGÉTICA Y MORAL
Por Carlos Romera y Figueroa-Wild
INTRODUCCIÓN
“El masoquismo prospera como una maleza bajo la forma de las distintas religiones patriarcales, como ideología y práctica, ahogando todas las exigencias naturales de la vida. Mantiene a las gentes en un profundo estado de resignación humilde, frustrando sus esfuerzos por actuar en forma cooperativa y racional, haciéndolos eternamente temerosos de asumir la responsabilidad por su existencia. Éste es el obstáculo contra el cual tropiezan aun las mejores intenciones de democratizar a la sociedad.
Wilhelm Reich, La Función del Orgasmo
Es posible, que los primeros humanos no supieran dar una explicación a aquel mundo en el que habían nacido y que era tan grande a ellos. Como también es posible que tampoco pudieran dar una explicación a porqué ellos no podían dominar el curso de los ríos, la secuencia de las tormentas, el devenir del día y la noche. Y ante esa impotencia, por un lado de no sentirse los seres superiores de lo existente, y el miedo, por otro lado, a descubrir que que podían morir y ser finitos, es posible que ante esos sentimientos, deificaran a su antojo algos o alguienes a quien transferir el destino de o inexplicable, y de alguna manera, seguir su vida de conquista, debajo de algo superior, pero invisible.
Y como el mundo es redondo y extenso, en diferentes latitudes surgieron diferentes deificaciones, Yaveh para los judíos, Zoroastro para los árabes, y posteriormente los “Mesías” de los distintos grupos, en distintos puntos del planeta: Mahoma, Jesucristo, Zaratustra, Buda, etc. Como el proceso de evolución, por así llamarlo, de la condición humana, se registró a lo largo de siglos, o sea generaciones y generaciones, las religiones que hacían sentirse menos solos, con menos miedo a lo desconocido, se fueron consolidando, adoptando institucionalización en forma de libros , textos sagrados, conjuntos de reglas y preceptos con los que consolidarse y expandirse.
Y es esta naturaleza expansiva la que precisamente, le llevaría a conquistar otras tierras, por medio obviamente de la guerra, única manera que ha conocido hasta que descubrió que la religión podía ser un arma silenciosa ideal en sus conquistas.
En ese orden, los pueblos conquistados, además de adoptar una economía subsidiaria para el más fuerte, tuvieron siempre que adoptar la religión que acompañaban a las armas. Esa religión, una vez implantada al pueblo conquistado, se expandió en códigos más sutiles de comportamiento social, familiar e individual, la moral, sofisticados andamiajes de usos y costumbres que contribuyeron a solidificar, hegemonizar y por fin, convertir en leyes, los preceptos que venían detrás de las armas y los símbolos religiosos como las estrellas, la luna y las cruces.
Así, el miedo, la impotencia, y el orgullo del ser humano, de no admitir que no tenía respuestas propias a lo inmensamente desconocido, fueron creando esquemas psicológicos sutilmente atentatorios de las libertades corporales, psicológicas y emocionales de los distintos grupos sociales. El autoritarismo, el machismo, la intolerancia y el racismo fueron creciendo a la par de las morales desplegadas por las distintas religiones. Y sobre esa columna vertebral del miedo, fue transmitiendo de generación a generación la sensación de que la moral era un elemento taxativo del comportamiento humano. Y como tal, el incumplimiento de las reglas morales podía ser tan grave como un delito contra el cuerpo o la salud.
Dividida la Tierra en Occidente y Oriente, nos tocó, gracias a la expansión del Imperio Romano, en Oriente Medio, tomar contacto con una de las más antiguos grupos religiosos nómades, los judíos. Y luego, con el advenimiento de Jesucristo, llevar a Europa, precisamente Italia, la creciente religión que nació gracias a la coincidencia con la decadencia de aquel Imperio, y más precisamente gracias al emperador Constantino, expandirse y crecer como Imperio propio.
Tal como lo iremos viendo en este ensayo, la diferencia entre los enunciados morales de aquellas escrituras atribuidas a los acólitos de Jesucristo, y los manejos políticos de los Papas, desde Roma, es abismal, no en todos los casos, pero en una gran mayoría. Desde las intrigas de grupos de poder aristocráticos adyacentes a los Papas, a las ejércitos de expansión creados por los mismos Papas, eliminaron absolutamente el esquema de una sola moral, creando , ya , desde tempranas épocas del cristianismo, el ejercicio de una doble moral, la enunciada por los textos sagrados, destinados a la captación de fieles, y la otra moral, la que efectivamente decidía políticamente la expansión armada de la religión.
Los siglos fueron pasando, y de las conquistas bélicas llevadas a cabo por los ejércitos cruzados de Jacques de Molay, hasta el Santo Oficio de Inquisición creado por el papa Inocencio III, y llevada a cabo con todo éxito por los Reyes españoles Fernando e Isabel en su expansión latinoamericana. El miedo, llevado ya al éxtasis del terror, motivó durante cinco siglos, la imposición de una moral católica, con la hoguera y la tortura por fantasma, y la delación y la traición , tan humanas, por instrumentos.
Llegamos al Siglo XXI, con muy pocas novedades al respecto. Oriente y Occidente , en el nombre de sus respectivos dioses, se desangran en guerras, desde Irak, Afganistán, Líbano, Israel. La Iglesia Católica, como Estado independiente, con moneda propia, dirige desde el Vaticano, a millones de personas en todo el mundo, que asienten continuar con las mismas normas morales que creó el catolicismo, hace dos mil cien años. La educación infantil y adolescente, se sigue llevando en los estados pro-católicos, con la misma fuerza de represión e ignorancia , en los colegios públicos, en la mayoría de los colegios privados, y en general, en los círculos de cultura, excepción del cine y el teatro , cuya lucha no ha sido fácil.
En el plano individual, el ser humano, más por conveniencia que por convicción, ha transitado entre sus pulsiones y sus represiones, con las normas que ha aprendido: el pecado, la culpa y la trasgresión han sido y son los vértices del triángulo, que ha manejado sus vida. La pulsión sexual, ( traducida en el hecho de conquistar y penetrar por parte del hombre, y el de ser conquistada y penetrada por la mujer) , obviamente, y por razón de los estamentos morales impuestos por el Imperio Católico, dejó de ser libre e indiscriminada.
El factor político ha sido fundamental para amarrar este esquema que resuelve el problema a favor del Sistema, a costa de la implosión de salud del individuo. El Neoliberalismo, propiciando una sociedad a favor de los que más dinero consiguen, y pueden comunicarse a través del hecho de comprar y pagar todo lo que tienen delante.
De esta manera, la verdadera moral, no la que cuentan los textos, permite hoy en día ejercer la libertad de pulsión, conforme al dinero que se tenga para hacerlo. Para ser más claros, el homosexualismo, ha conseguido avanzar, dentro de los claros preceptos católicos que lo tachan de enfermedad, gracias, a su escalamiento en los estamentos del poder político y económico en las sociedades occidentales. De la misma manera, hechos que hasta hoy son calificadas como parafilias por la psicología, y hasta son considerados delitos penales, están permitidos, y solo por gruesos errores o traiciones, llegan a la justicia o la prensa. El abuso sexual de menores, la prostitución infantil, por ejemplo, se ha consolidado en torno a paraísos sexuales, de los que toda autoridad abomina, pero sin embargo, vemos, cuando hay redadas en la web, de estos tipos de anuncios, aparecen nombres de altos cargos políticos y hasta religiosos.
De la misma forma, la vida en pareja ha trasladado del esquema católico al afectivo, la fusión errónea de la fórmula amor + sexo. La asociación impuesta por el esquema religioso de sentimiento y pulsión fisiológica ha llevado al fracaso , la soledad o la depresión a miles y miles de parejas a lo largo de siglos. Las fórmulas clásicas de enamoramiento y éxtasis en los primeros años, para decaer después del tercero, se salvan gracias a los hijos, porque el sentido del amor con el sexo, es únicamente la procreación, según las religiones.
El nuevo concepto neoliberal de la pareja como sociedad financiera, ha traído a la vez, otro esquema moral, de negociación permanente, entre dos personas que ya trabajan y aportan dinero por igual a la pareja. Tal como veremos en algunos ejemplos, el sexo y el amor pueden separarse, dentro de la sociedad financiera de la pareja, pero con secretos acuerdos de cara a la sociedad, o sea, con una doble moral acuñada en pareja.
Ahora bien, ¿qué aporta al ser humano , fisiológicamente, bioenergéticamente, esta situación moral occidental? Pues para decirlo rápido, simplemente le acelera la muerte. El esfuerzo de sobrellevar una vida doble, condicionando y evitando las pulsiones sexuales, pagándolas en secreto y negociándolas, produce el mismo efecto al cuerpo que la no ingestión normal de comida en los casos de anorexia y bulimia. La miseria sexual, como la llamaba Wilhelm Reich, sigue siendo la causa uno de las neurosis humanas, hoy en día combatidas tan graciosamente con cientos de medicamentos psiquiátricos. La ignorancia del funcionamiento de los circuitos fisiológicos del cuerpo es darle a la muerte el volante del coche. Y más allá de la ignorancia, la toma de conciencia de los procesos fisiológicos y las pulsiones instintivas, propondrá al individuo otro desafío: crear una forma de poner de acuerdo su mente y los esquemas de éste, al verdadero ritmo biológico de su cuerpo.
¿Cuándo debemos comer? ¿A determinadas horas, o cada vez que sintamos hambre? ¿Cuándo debemos provocarnos orgasmos? ¿Cuando llega la hora de ir a la cama, o cuando sentimos la pulsión? ¿Y si cuando sentimos la pulsión, no está nuestra pareja o no está dispuesta? ¿Cuál será nuestra actitud? ¿Buscar otra pareja sexual en el momento, satisfacernos a nosotros mismos o reprimir el instinto?
Desde el punto de vista de la bioenergética, el natural fluir de los instintos, y la respuesta natural a la satisfacción de ellos, es la base del equilibrio , la salud y la armonía emocional.
Más allá de cualquier moral, será cada individuo el que haga conciente y decida cómo lograr estos objetivos.
I GENERALIDADES
“La regulación moral opera como deber. Ella es incompatible con la gratificación natural instintiva. La autorregulación sigue las leyes naturales del placer. No solo es compatible con los instintos naturales, sino que opera más bien idénticamente con los mismos. La regulación moral crea un conflicto intenso, insoluble, el conflicto de naturaleza versus moral. Así aumenta la presión instintiva, que a su vez provoca el aumento de la defensa moral. Hace imposible la circulación natural de la energía en el organismo. La autorregulación retira la energía del deseo que no puede ser satisfecho, transfiriéndola a otros fines o parejas. Consiste en una constante alternancia de tensión y alivio de tensión, a la manera de todas las funciones naturales. El individuo dotado de una estructura caracterológica “moral” desempeña sus tareas sin participación interior, como resultado de la exigencia de un “Deberás” extraño al Yo. El individuo con una estructura caracterológica económico-sexual realiza su trabajo al unísono de sus intereses sexuales, abrevándose en el gran depósito de la energía vital. El individuo que tiene una estructura “moral” parece seguir las rígidas leyes del mundo moral; en realidad, solo se adapta externamente, internamente se rebela. Así se expone en el mayor grado a una “antisocialidad” inconscientemente obsesiva y compulsiva. El individuo sano, autorregulado, no se adapta a la parte irracional del mundo e insiste en sus derechos naturales. Al moralista neurótico le parece enfermo y antisocial; en realidad es incapaz de acciones antisociales. Desarrolla una autoseguridad natural, basada en la potencia sexual. El individuo que tiene una estructura moral, es sin excepción, genitalmente débil y por lo tanto se ve sujeto a una permanente necesidad de compensar, es decir, de desarrollar una confianza en sí mismo falsa, rígida. Tolera mal la felicidad sexual en los otros, porque ello lo excita mientras él es incapaz de gozarla. Para él, el acto sexual es esencialmente una demostración de “Potencia”. Para el individuo con una estructura genital, la sexualidad es una experiencia placentera y nada más; el trabajo, una actividad y realización vital alegre. Para el individuo moralmente estructurado, el trabajo es un deber pesado y sólo un medio de ganarse la vida.”
Wilhelm Reich, La función del Orgasmo
Las religiones han intentado domar el instinto del deseo sexual, a través de la imposición de tipos de religión: el noviazgo célibe, y el matrimonio sellado y consagrado. Pero la moral de las religiones se ha inoculado más profundamente, asociando el amor con el deseo, el amor y el sexo. En su afán por esquematizar y estandarizar el caos material del ser humano, a través de sus dos instintos naturales, la alimentación y el sexo, las morales religiosas han sellado a fuego en la mente occidental, que el deseo sexual solamente va encaminado a la pareja, o sea, que a partir de la generación de una pareja, el instinto sexual se reduce y encamina a dicha pareja.
A partir de esta imposición moral, el sujeto cree, “ siente”, que solo su instinto sexual se despierta con su pareja, hecho que, a los pocos años de relación, si no lo es antes, descubrirá que ya no es así. Cuando en realidad, lo que está detrás, es el miedo al caos, amenazante desde el inconsciente colectivo creado por la moral de las religiones. Es como si las religiones hubieran insertado un chip en la mente humana, que, al entrar a funcionar en pareja, ese chip crea un virus anti-sexual que le impedirá pensar en cualquier otra relación sexual, o sea, que ningún cuerpo podrá dar lo mismo que recibe con la reciente pareja, dado que no tendrá la misma cantidad de pasión romántica.
Por conveniencia política de dominar el “sentido común”, y el inconsciente colectivo, no se ha profundizado el tema amor más sexo, o amor sin sexo. Precisamente , una de las nuevas religiones psicológicas, aparecidas a fin de siglo, la dianética, preconiza una moral basada en el sentido común, que obviamente, nace de las reglas sociales fijadas por los sectores político-financieros dominantes.
Obviamente el amor ( tomado como compatibilidad permanente de caracteres y hábitos, trufados de una buena reciprocidad afectiva) parte de un deseo mutuo, de una atracción sensual en un primer momento, que se ve prolongada, si los elementos químicos de la saliva se ven ratificados en los elementos químicos de los fluidos sexuales, que en definitiva, son los que llevan al cerebro, a través de las glándulas, sensaciones de mayor o menor placer.
Pero en realidad, el amor, tomado ya como amor-relación, es una disposición psicológica y no biogenética. El cuerpo sexual no depende de la otra persona, para sentir placer. La llave que cierra las conductas sexuales naturales, es sola y únicamente la moral restrictiva que subyace en el inconsciente colectivo.
Dicho con términos esperpénticos, al unirnos a una pareja, el inconsciente colectivo nos coloca en la mente, un cinturón de castidad que inocula un sentimiento de culpa que se hará mayor o menor, en la medida en que empiece a manifestarse el deseo con una o más personas, con mayor o menor ardor o intensidad. Pero yendo un poco más adentro del tema, vemos que la presión moral del inconsciente colectivo, no solo se reduce al acto sexual fuera de la pareja, exquisitamente estigmatizado desde que las religiones occidentales inventaron el SIDA, sino que el bloqueo se extiende a todo el dominio del cuerpo, o sea a evitar contactos corporales del tipo que sean, con raras y extensas excepciones, por ejemplo, familiares.
Es entonces, el inconsciente colectivo quien determina entonces, valores de proxemias rígidas y estáticos. Estos valores de proxemia alteran las corrientes energéticas naturales, reprimiéndolas y alterándolas mas o menos, en la medida en que las pulsiones instintivas promuevan situaciones proxémicas que despiertan o estimulan el deseo sexual.
Una película llamada Éxtasis, escrita y dirigida por Lance Young, narra el caso de María y Joseph. María es anorgásmica, y a pesar de todo lo que hace Joseph, no consigue llevar a María hacia un orgasmo total, hasta que ella decide, en medio de procesos con psicólogos, vivir sola. Esta decisión la toma en una sesión sexual con su marido, en la que está a punto de llegar al orgasmo, y tiene la visión de su padre penetrándola. Ya hecho conciente este hecho, ella, con ayuda de sus terapeutas descubre que su anorgasmia se debe a la relación que hace de cualquier amante con la figura de su padre consumando el acto sexual con ella , teniendo quince años. Pero lo curioso del caso expresado en esta película, es que ella confiesa a sus terapeutas que ella lo hacía con plena satisfacción con su padre, que le gustaba hacerlo, porque su padre le decía que ese hecho era normal entre padres e hijas. Y el shock sobreviene recién cuando ella se entera por sus amigas que el hecho no solo no es normal, sino que está prohibido por la moral y las reglas vigentes. De la misma manera, encontramos miles de casos de niñas y niños que son violados o víctimas de abuso sexual por sus mismos padres, y que , al no poder clasificarlos, generan traumas sexuales poco menos que irreversibles.
Pero es dable observar , y acentuar dos detalles de este ejemplo: el padre que tiene relaciones sexuales con la hija, el incesto que se produce no porque le padre no tenga otras opciones, sino por ese instinto de conquistar, poseer y penetrar del ser humano que creemos es inherente a él, sin que hayan barreras morales o culturales que lo detengan, al final. Digamos que , de no existir la férrea legislación moral, el ser humano, al igual que los animales, copularía con quien se le presentara adelante, en tiempos de celo, o pulsión.
Por otro lado, vemos que ella, María, se adapta a la relación sexual con el padre, y la goza, y del mismo modo, si la sociedad no estuviera regida por la moral que la rige, la conformación sexual de la familia sería tan salvaje como entre los animales. Y aquí es donde acentuamos el valor de los factores proxémicos: ante el miedo generado hacia el exterior, la familia, que es el primer círculo proxémico del individuo, es la fuente de pulsiones sexuales, mayores en cuanto los factores de convivencia sean más hacinados .
Así, el concepto de fidelidad, acuñado por la religión católica, tanto como el de pertenencia sexual a una pareja, concepto aparentemente laico, son, mas que conceptos culturales heredados, conceptos políticos renovables en el inconsciente colectivo por la moral religiosa: una sociedad debe funcionar como un mecanismo ajustado y aceitado para ser productivo. Por esa razón la sociedad occidental neoliberal ofrece como válvula de presión, la doble moral, debajo del espejo cínico e insensible con que debe funcionar cada individuo. Así, el amor, prolongado en una sociedad financiero-económica llamada pareja, funciona en el marco social, por una serie de acuerdos y negociaciones , al igual que en plano laboral.
Ese juego de cesiones y conquistas, hará estable a esa pareja, independientemente de la vida sexual. El único y gran inconveniente de este modo de funcionamiento, - que mucho no le importa al sistema, en la medida en que todo “funcione”, es que todo proceso es racional, y movido por intereses individuales, ninguna decisión o acto es natural ni espontáneo.
Y al decir de Reich y Lowen, todo lo que no es ni natural ni espontáneo, altera las corrientes energéticas, los “canales de energía”, como les llama la acupuntura.
Las neurosis sociales y la mayoría de las enfermedades que no tienen origen bactereológicas, son causadas por la alteración de los fluidos de energía.
Como es admitido todo tratado de fisiología, nuestros dos instintos naturales son: la pulsión alimenticia, y la sexual, que las religiones se han encargado de eufemizar como instintos primitivos, y como demostraremos en este ensayo. En la actualidad, digamos falsa modernidad, vivimos absolutamente ajenos a lo que es nuestra vida instintiva. Bloqueamos dolores y enfermedades con medicamentos químicos, en general y homeopáticos o naturistas, pero sin inquirir la causa e historia de la dolencia, vale decir, nunca nos enteramos que situación motivó nuestra enfermedad. Por otra parte, la vida sexual, cuando es llevada a cabo, se enfoca a una supuesta normalidad ocasionada por la agenda y las ocupaciones o tiempos libres, y no por los estados de pulsión o deseo.
De esta manera, no solamente atamos al cuerpo la mayoría del tiempo a usar ropas inadecuadas para el funcionamiento fluido de la sangre y el movimiento de los órganos, sino que además no satisfacemos las necesidades biológicas primitivas cuando el cuerpo lo solicita. En la vida urbana, se come “de tres a cuatro”, o sea, es la hora de salir a comer en los trabajos. La mayoría de la gente se sienta a comer el menú del día, tenga o no hambre, o le guste o no el menú del día. Hay mínimas opciones que obviamente, no llegan a consulta al cuerpo. Ni que decir en el terreno sexual. El cansancio del trabajo, sobre todo cuando la gente se despierta muy temprano en la mañana, hace que la gente duerma temprano, sobre todo en las grandes urbes donde debe viajarse una hora o más para llegar al sitio de trabajo.
De manera que el cuerpo descansado, genera generalmente, pulsiones sexuales, temprano en la mañana, en horas que el despertador suena nuevamente.
Esto lleva a la sociedad urbana occidental a esperar el fin de semana para comer a gusto y a intentar una vida sexual. Esto, siempre y cuando el estómago no se haya visto alterado por la digestión de la semana, y que no hayan ciertos inconvenientes planteados por la moral sexual, por ejemplo, la llegada de la menstruación, problemas con anticonceptivos, etc.
El enemigo del cuerpo entonces, no solo está afuera, sino adentro nuestro. Más precisamente en la mente. Y nos traicionamos de dos maneras:
1- Imponiendo a nuestros impulsos primitivos el funcionamiento en días y horas que no están activos.
2- Ignorando, además, la etiología de conductas impuestas por códigos éticos o morales que no hemos elegido y a veces, ni siquiera somos concientes que forman parte de nuestra estructura psicológica.
EL CONCEPTO DE LO NATURAL
“ Los instintos naturales son hechos biológicos que no cabe eliminar de la faz de la tierra ni cambiar fundamentalmente. Como todo ser viviente, en primer término el hombre necesita satisfacer su hambre y el instinto sexual. La sociedad actual estorba lo primero y niega lo segundo. Es decir, hay un agudo conflicto entre las exigencias naturales y ciertas instituciones sociales. “
Wilhelm Reich, La función del Orgasmo
Resulta paradójico ver cómo la mercadotecnia se ha apropiado definitivamente del concepto de lo natural para vender artificialmente la naturaleza. El agua envasada, alimentos, cremas y desodorantes que supuestamente devuelven la naturaleza perdida al cuerpo. Pero la mercadotecnia no es la primera en adueñarse del concepto de lo natural. La religión se apoderó primero de ella.
Evidentemente el problema de las primeras religiones fue qué hacer con la naturaleza humana, en el sentido que el ser humano, evolucionando lentamente a partir del Nerdenthal, o el Crogmanon, no sabía de límites a la hora de alimentarse y copular.
Darwin, como ya lo he señalado en ensayos anteriores, evidenciaba en sus estudios que lo único que podía diferenciar al ser humano de los animales, es la creación de una moral , o sea, un sistema de códigos éticos. Hecho que era posteriormente ratificado por antropólogos como Malinowsky, realizados a fines del siglo XIX.
“ El sentido moral es quizás la mejor y más clara demarcación entre el hombre y los animales inferiores.; pero no tengo necesidad de añadir nada sobre este ausnto, puesto que no ha mucho me he esforzado en demostrar que los instintos sociales, primer principio de la moral del hombre, ayudados de las facultades intelectuales activas, y los efectos del hábito, nos llevan naturalmente a la regla de oro que nos enseña “ a querer para los otros lo que queremos para nosotros mismos” verdad que forma el fundamento de la moral” ( Charles Darwin, El Origen del Hombre )
Dicho sistema de códigos encausaría la conducta de los individuos, primero de una manera alternativa, o sea no compulsiva, pero posteriormente , merced a la creación de castigos, se haría obligatoria. En este caso, la creación del concepto de pecado es fundamental para la represión de lo natural. Las conductas sexuales liberales de los emperadores romanos de la Dinastía Julia, llevaron a aparecer normas cada vez más rígidas, y ya San Agustín se esfuerza en pontificar sobre ello. Será luego Santo Tomás de Aquino quien decrete dramáticamente el nuevo concepto filosófico de la naturalidad. La idea de pecado se extiende, se incorporan clasificaciones más límites: el pecado mortal, el perdón de Dios, la excomunión, la no salvación eterna, ser arrojado para siempre de la posibilidad de tener un lugar en el Cielo junto a Dios a morir, etc.
De esta manera el temor a Dios, tan enarbolado por la Iglesia, se transforma en miedo, sentimiento que acompaña a los niños desde temprana edad, en la época previa a tomar la primera comunión católica: el miedo al castigo y la represión, por la exploración o autoexploración sexual. Y el miedo transformado en terror, cuando la Iglesia extiende su brazo represivo acompañado de un arma: desde la época de los ejércitos papales en la Roma post-Constantino, hasta las Cruzadas.
Es el sentimiento de miedo, inoculado desde la niñez, el que prevalece en forma de virus o energía negativa, en el cuerpo, al pasar de los años. El no poder dar una respuesta a la presencia de Dios, que motiva en el niño la angustia permanente de no saber si Dios lo está observando, es la misma sensación que se traslada al adulto cuando no puede resolver la causa de una situación donde interviene el Imaginario Social: hubo un accidente que fue castigo de Dios por haber hecho yo algo indebido, o encontrarme en una situación incorrecta para mi moral. No veo a Dios pero siento su mano, su castigo. O bien: no creo en Dios, pero en este momento, que se está incendiando la casa, le pido que me salve, que no muera. Vale decir, existe una remisión final a un Imaginario, dado que no se puede controlar la causa mayor que nos pone en peligro de muerte, o que nos caotiza la energía por haber infringido una ley moral . La misma reacción que el ser humano primitivo que no puede explicar el rayo, el terremoto, la inundación y la muerte del cuerpo.
Lo que subyace en el fondo es la negación obstinada del sur humano a aceptar que su existencia es débil, transitoria y deteriorable, y que tarde o temprano, va a dejar de existir y su cuerpo se reducirá a un montón de huesos. El ego humano es demasiado grande para aceptar semejante humillación. Y por eso, por el terror de verse resumido finalmente en ese montoncillo de huesos, se transporta al Imaginario para refugiarse en la idea de inmortalidad, en el sentirse, aunque sea en un momento crítico, el amigo de Dios, el que va a ser salvado, el que vivirá eternamente.
Esa sensación, ese miedo, es el que hábilmente tomó la Iglesia, ya desde los judíos, yo no me arriesgaría tanto a decir, como Nietszche, que Pablo el apóstol escribió la historia con verdadera conciencia de manipulación de mentes, pero sí me arriesgo a aventurar que fue el miedo a morir, del ser humano, que lo llevó a comprar un paraíso ultraterreno, un sitio en la inmortalidad, a cambio de su sujeción a una Ley, una Legislación Moral , unos Mandamientos.
Nietzche, de una maneraampulosa, casi teatral, evidentemente con ánimo de enfrentarse a matar o morir con la Iglesia Católica, se aventura en estas definiciones:
“ Ni la moral ni la religión corresponden en el cristianismo a punto alguno de la realidad. Todo son causas imaginarias (“Dios”,”alma” “yo”, “espíritu, del libre albedrío”, o bien “el determinismo”) todo son efectos imaginarios ( “pecado”, redención”, “gracia”, “castigo” “perdón”).....Una vez inventado el concepto “Naturaleza” en contraposición a “Dios”, el término “natural” era por fuerza sinónimo de “execrable”, todo ese mundo ficticio tiene su raíz en el odio a lo natural (¡a la realidad!) es la expresión de una profunda aversión a lo real. “
“...aquí se desprecia el cuerpo y se repudia la higiene como sensualidad; la Iglesia hasta se opone al aseo ( la primera medida tomada por los cristianos luego de la expulsión de los moros fue clausurar los baños públicos, de los que solamente en Córdoba había 270....
“....Más queda definida la esencia de la moral judeocristina. Para poder decir no a todo cuanto representa la curva ascendente de la vida ( la armonía plena, la hermosura , la autoafirmación), el instinto del resentimiento, hecho genio, tuvo que inventarse otro mundo con respecto al cual esa afirmación de la vida supuso lo malo, lo reprobable en sí...”
“...¿qué significa orden moral? Significa que hay de una vez por todas una voluntad de Dios respecto a lo que el hombre debe hacer y debe no hacer, que el grado de obediencia a la voluntad de Dios determina el valor de los individuos y los pueblos, que en los destinos de los individuos y los pueblos manda la voluntad de Dios, castigando y premiando, según el grado de obediencia. “ ( Friedrich Nietszche, EL Anticristo)
¿Qué sentimiento llevaba a los cristianos en épocas de Calígula, o de Caracalla, a morir sin dar gritos de terror, a manos de los leones? ¿ qué les hacía subsistir leprosos y hambrientos en las catacumbas donde finalmente se alojaron hasta que Constantino los llevó a la categoría de gente normal? ¿Qué sentimiento es el que tienen en los países del Tercer Mundo, miles y miles de personas que viven en condiciones infrahumanas, pero que van a mis todos los domingos? El sufrimiento expiatorio. La eficacia simbólica, como diría Levi Strauss de ver la imagen del Cristo sangrante, de la Virgen que sufrió por su hijo, pero que lo vió resucitar, es lo que desde Roma a nuestros días, mantiene a media humanidad, en general pobres, ocupados en no cometer errores en su camino hacia el Cielo, en vez de solucionar por otros medios su salud, su miseria, y su situación social.
Definitivamente las Iglesias Cristianas, aprovechando que los pueblos mucho no saben de astronomía, se inclinan cada vea más a tomar ese pedazo de Imaginario, el Reino de los Cielos, para desviar a la gente de su vida real.
Si fuera una carrera por puntos diríamos que: si no se cometen pecados, se ganan puntos. Si se sufre, se ganan más puntos. Y mientras más intenso sea el sufrimiento, y se resista con convicción y fe, la cantidad de puntos será mayor, y se estará en una pole-position con respecto al Reino de los Cielos.
Y aquí nos encontramos con que, bajo ese concepto, desde un Imaginario Hipotético o al menos, no comprobable, ( porque como decía mi abuelo, nadie de los que se ha ido y yo conozco, ha vuelto), consideramos que esta vida no es tan importante, y por lo tanto el cuerpo, menos. Que si nos volcamos demasiado al cuerpo ( esto es escucharlo, atenderlo, consentirlo), es echarnos en el hedonismo, pecado mortal por la consagración de la carne y no del espíritu.
De acá en más podemos hablar de barbaridades, atrocidades con respecto al cuidado de nuestro cuerpo: se nos ha enseñado que debemos comer para alimentarnos, y que la gula es un pecado. O sea comer poco, o comer frugalmente, comer desde el Imaginario, pero sin saber realmente qué nos pide la naturaleza de nuestro cuerpo.
En el sexo:? Se nos pide hacerlo con discreción, en los límites de la pareja autorizada por la religión, con el afán de procrear dentro de la misma Iglesia. ¿se tiene encuentra las pulsiones? ¿la educación sexual?
En los momentos en que escribo este ensayo, la Asociación Mexicana de Padres de Familia, católica, libra por enésima vez, una batalla contra la Secretaría de Educación Pública, solo porque en uno de los libros publicados por ésta, dice que la sexualidad se despierta en los niños a cualquier edad...(...)
Es evidente que no basta con que adoptemos una actitud pseudo-moderna en el sentido de no continuar esta cadena restrictiva, y centralizar más nuestra observación en nuestro cuerpo. Además, es imprescindible profundizar la relación con el cuerpo para borrarle la información negativa recibida a lo largo de décadas, en nuestro propio caso, y tratar que la memoria creada en nuestros hijos no lleve esa carga viral que la moral ha implantado en ella. Obviamente habrá muchos retrocesos, muchos ires y venires en este proceso: QUÉ SÍ Y QUE NO. La moral se nos ha pegado tanto a la conducta, que difícilmente en una primer etapa del proceso separemos lo verdadero de lo falso. Además de ser un proceso absolutamente individual, debemos ser concientes de que estamos creando un sistema autónomo de códigos de conducta, con dos aristas: LO QUE NOS GUSTA Y LO QUE NOS CONVIENE. El análisis de nuestra historia sexual y alimentaria debe ir desprovista de análisis moral social, vale decir, y para dar un ejemplo: reveer los hechos en sí, analizando solo la respuesta de nuestro cuerpo, de placer o displacer. Para ser claros: si nos dio placer comer milanesas con mermelada de fresa a los ocho años, el cuerpo registró esa sensación como algo positivo, y creó un archivo en nuestra memoria, que se abrirá de la misma manera cada vez que comamos milanesas con fresa, y aunque el buen gusto social diga que no son ricas las milanesas con fresa, sino con mayonesa, nuestro cuerpo ha registrado el placer de otra manera.
De esta forma, la recuperación de archivos puede ser un viaje divertido y apasionante, siempre y cuando, no lo moralicemos a nuestra vez. Ni juzguemos con otra vara que la del placer o displacer.
Pero como nuestra vida de relación, sobre todo si es urbana, no nos da tiempo a sentarnos un mes a recuperar archivos, la tarea es doble: recuperar archivos del pasado, y visualizar la creación de los archivos contemporáneos: QUÉ ME ESTÁ PASANDO AHORA.
Desde la perspectiva de la bioenergética, hemos visto que una relación afectiva es la consumación de la sensación de placer, de confianza, de proxemia. Manejarse por los olores, por los sabores, por el intercambio de fluidos y líquidos, y el análisis de sus componentes, nos puede devolver esa parte animal que hemos perdido y que es la gran certidumbre de estados mentales no resueltos.
Pero antes de pasar al tercer punto es necesario detenerse en una actitud que realmente es importante: para centrarnos y zambullirnos en el estudio de nuestras respuestas instintivas, es necesario abandonar otros frentes: realmente nos debe dejar de importar si somos inmortales o no, si nos vamos a ir al Cielo con Dios o no, para concentrar nuestra energía es necesario que no nos importe un NO SÉ gigantesco, ante la grandes preguntas de la humanidad, si existe Dios, quién creó el Universo, si existe vida después de la muerte, o sea, lo que solo se resuelve, al día de hoy, en el Imaginario del Inconsciente Colectivo.
Así, pues, no nos importará sentirnos a nivel de escala zoológica de los animales con los que convivimos: perros, gatos, pájaros, peces, hamsters, gallinas, etc etc. En esta simpática experiencia, se tratará ahora de ver que existe en común entre estos animales y nosotros. O sea: los animales y YO. Ya nos olvidamos de la raza humana, y el ser humano, y el hombre en abstracto. Nos concentramos en UNO/A MISMO/A.
¿Cuáles son nuestros verdaderos olores, sabores? ¿cuándo cambia nuestra sudoración, y porqué? ¿ en qué momento tenemos reacciones musculares inconscientes? ¿porqué se producen? ¿cuándo y porqué se producen escalofríos o bostezos? ¿en qué momento nuestra boca se llena de saliva y frente a qués o quienes?
En el más estricto secreto, deberemos hacer concientes que nuestras glándulas salivales se activarán con el deseo de determinada persona o comida, porque sus olores nos abren las glándulas. Y más allá que decidamos comernos a esa persona o esa comida, lo importante será en principio que reconozcamos el principio del placer en la certidumbre del deseo que nos provoca la apertura glandular inconsciente.
Es posible que descubramos que no estamos tan lejos de los animales como pensábamos. Que por más que amemos y mega-amemos a una persona, en un momento determinado no se activen nuestras glándulas salivales, ni se humedezca nuestro sexo. Simplemente será que NO LO DESEAMOS en ese momento. Como que nos ofrezcan el postre más exquisito en el momento en que no tengamos hambre. Simplemente, NO ES EL MOMENTO DEL DESEO. Y lo que hagamos en más, será simplemente un acto mecánico ordenado por la mente, en contra de lo que el resto del cuerpo pide.
Estimo que no es nada fácil, después de haberse regido una vida de otra manera, manejar el cuerpo bioenergéticamente de un día para otro. A partir de la toma de decisión, se sucede una cantidad de decisiones y determinaciones cotidianas que no es fácil tomar. Individual, social y planetariamente.
En el terreno individual, buscar un equilibrio entre lo que se vivió sin admitirlo ( la moral impuesta, las conductas sexuales y alimentarias obligadas durante la infancia y adolescencia) y lo que se vive actualmente. Equilibrar lo que el cuerpo quiere y desea, con lo que la realidad impone ( relaciones de trabajo, vecindad, familia cercana y política).
En el terreno social, equilibrar lo que el cuerpo necesita, con lo que la ciudad y modelo social impone: los medios de transporte, la vida hacinada y alejada de la naturaleza. Las relaciones mercantiles, y de poder mediático-financiero. Proyección de nuestra vida, para evitar los contaminantes de los alimentos, consumo de productos transgénicos, contaminación del aire en la ciudad en que vivimos, consumo exagerado de conservantes en comidas de sobre o envasadas al vacío, etc.
En el terreno planetario, adaptar la vida individual consciente, a los cambios planetarios negativos que se operan y se agravarán en las próximas décadas: hacer la proyección del sitio donde vivimos, a los efectos de los cambios climáticos que se operan por la contaminación, pruebas nucleares, y que determinarán el calentamiento progresivo, deshielo de los polos, terremotos y maremotos por desplazamiento de napas freáticas, etc.
II- LA DEFENSA DE LOS DIOSES
“ El éxtasis religioso sigue exactamente el modelo del mecanismo masoquista: el individuo religioso espera de Dios, la figura omnipotente, el alivio del pecado interior, es decir , de una tensión sexual interior, alivio que el individuo no puede alcanzar por sus propios medios. “
Wilhelm Reich, La función del Orgasmo
La memoria humana, además de selectiva, es frágil. Se aferra, adolescentemente, a la época que le ha tocado, creyendo que su única manera de posicionarse con una pretendida personalidad propia, es denostando todo lo que le ha antecedido. El manejo de conceptos imaginarios o utópicos, hace que la doble moral de la que venimos hablando, mantenga a aquellos conceptos por delante de las verdaderas pautas que la realidad maneja.
Si abrimos la macabra tapa de la historia , empezaremos a encontrarnos con cosas tan desagradables que nos pueden llevar a la realidad. Son muchos los siglos que tenemos por atrás, como para pretender que la historia la marcamos nosotros. O que vamos a cambiar el rumbo del planeta. Treinta y seis siglos atrás, ya los judíos tenían una religión creada, al igual que los persas, los chinos y varias razas más que por cierto, ya traían encima varios siglos. Un siglo significa diez generaciones como la corta vida que estamos viviendo. O sea, que apenas llegando a cumplir cien años, apenas llegamos a saber quien fue nuestro abuelo y mucho menos nuestros bisabuelos, o tatarabuelos, quienes fueron , qué hicieron, donde vivieron. Y lo que no sabemos, muy pronto lo transformamos en mito.
Pero volviendo a los siglos, vamos a comenzar este capítulo recordando como era el mundo quince siglos, SIGLOS, antes de que Jesucristo viniera a Occidente. Vamos a centralizar este estudio sobre Roma, en vista de que el Imperio Católico sucedió al Imperio Romano, y que es la católica, la religión con mayor poder económico y demográfico en el planeta.
Es necesario destacar, y puntualizar que este ensayo no pretende denostar de ninguna manera religión alguna, y respetando absolutamente el derecho de cada persona a creer en su Dios, su religión, y su vida. Simplemente, y desde el punto de vista de la Bioenergética, es necesario iluminar para aquellos que no están bien informados, aspectos de la vida y la historia religiosa, que no coinciden exactamente con sus postulados.
Desde este punto de vista, consideramos que la historia de la humanidad está lo suficientemente manchada de sangre involuntariamente derramada, como para que lo sigamos repitiendo, en nombre de ideas, o posiciones ya sean políticas, religiosas, deportivas , etc. Matar ya es una idea descabellada, por más que la historia de la humanidad esté escrita guerra tras guerra. Y matar en nombre de otro o de otros, es más descabellado aún. Y matar, cuando en la mano tenemos un libro que nos ordena como ley moral el no matar, es la incongruencia más feroz que ha acompañado y acompaña a la humanidad; por ello consideramos desde este ensayo que es precisamente la hora de ver cómo podemos funcionar de una manera congruente, desde lo que somos exactamente, y no lo que imaginamos o recibimos. Es de alguna manera, como quedar desnudos frente a la vida, como si hubiera pasado un cataclismo por encima nuestro, y nos haya dejado a solas con la vida, sin que nada de la civilización nos sirva para nada.
Nos remontamos veinte generaciones antes del nacimiento de Jesucristo. 2000 años. Israel comienza a crea una religión, teniendo como Dios a Iaveh o Yaveh.
“Desde sus principios, y naturalmente, más claramente desde el momento en que Iahvé se convirtió en Dios de una nación-haciendo salir a “su pueblo” del “infierno de Egipto”-la religión de Israel aparece como religión histórica, por el hecho mismo de que es una religión revelada; revelada no solamente al Hombre, sino a tal o cual hombre, viviendo ,en tal momento, en tal lugar. Parece oponerse en eso, a todas las demás religiones de la misma época; pero esa impresión es el resultado de una perspectiva, que ha sido propia de Occidente hasta el siglo XIX- si no hasta el XX- y que todavía se quiere considerar aceptable muy a menudo. De hecho, en el momento en que Israel tiene conciencia de esa originalidad, se encuentran realizados, o en vías de realización, otros casos comparables, lo cual es quizá signo de los tiempos. Así, es como en la India funda el Buda una religión, Lao-Tsé ha aparecido ya en China y Zoroastro ha predicado desde hace varios siglos, en Irán, y su mensaje religioso está extendiéndose de más en más. ( Paul Chalus, El Hombre y la Religión, Serie La Evolución de la Humanidad, Biblioteca de Síntesis Histórica de Henri Berr, tomo 170)
Vemos como la dupla ser humano-religión no nace de un solo estímulo, sino de varios y tal vez en el mismo tiempo.
“ Las religiones naturales prehistóricas se continúan en las religiones naturales de los pueblos “arcaicos” o “primitivos” hasta la época actual, con una complejidad o con una complejización –adoptando el término que al P. Teilhard de Xhaerdin tanto le agradaba- que no es con frecuencia más que una suerte de acumulamiento que desemboca en aberraciones sorprendentes, cuya responsabilidad puede caer sobre el tiempo y el estancamiento, como lo sugería Bergson.
“Esas mismas religiones naturales prehistóricas, en lugares privilegiados en que aparece la civilización, dan nacimiento, por crece de tradiciones, a los sistemas mítico-teológicos no-históricos, aunque conocidos por la Historia, y en los cuales factores extra religiosos o superficialmente religiosos representan un papel que resulta peligroso a la larga para el equilibrio general.
“En algunos puntos, (Israel, Irán) finalmente , se verifican revelaciones que determinan la aparición de religiones históricas. Pero no se detiene la evolución, a pesar de la actitud conservadora de las religiones que tratan así de defender su integridad: se produce una desvitalización progresiva y se agota la eficacia. Las instituciones vigentes tienen que renovarse, “reformarse” o dejar su lugar a otras. En el momento que abandonamos este estudio, hacia fines del primer milenio de nuestra era, tal es el estado de cosas en el conjunto del mundo antiguo, incluso en Irán e Israel. Va a desembocar en el advenimiento del Cristianismo y permitirá su éxito. “ ( Paul Chalus, op.cit.)
Es importante que hagamos conciencia del momento de tiempo que nos toca vivir. Si Irán e Israel ya tenían en marcha sus primeras religiones 2100 años atrás, y conforme a lo esbozado por Chalus, las religiones se van renovando conforme a las necesidades sociales, por lo que el Cristianismo, como veremos mas adelante, se impuso al judaísmo como religión oficial de Roma, y de la misma manera, podemos esperar que, al fracaso de las religiones en el momento actual, en que las guerras siguen asolando Oriente Medio, surjan nuevas religiones, o grupos religiosos que se opongan a los contendientes, que curiosamente siguen siendo Israel e Irán, como epicentros de conflictos.
“La religión de Israel ha recibido su carácter trágico, que se ha comunicado al destino del pueblo judío, de esa trascendencia de Ihavé que se trata a veces de atenuar. La Ley no se identifica en nada con la Naturaleza, y con frecuencia, hay oposición entre ambas, pues bien, “cada vez que un conflicto opone la Naturaleza a la Ley, ésta es la que debe vencer” De ahí procedía la necesidad de volver a interpretar todos los valores naturales, todos los hechos humanos, pues muchos de los que habían adquirido espontáneamente un significado religioso en otros pueblos tenían que rechazarse aquí; había que pasar por un tamiz, por consiguiente, todos los comportamientos religiosos, para ponerlos en razón con la historia decidida por Dios, y separarlos de una Naturaleza concebida como causa de sus propios fenómenos, pues Dios solo crea y actúa desde fuera. Los sabios de Israel no se empeñaron, pues, en conocer al mundo, sino a explicarse por medio de los designios de ese dios los altibajos de su destino colectivo.
En primer lugar, una religión separada de la Naturaleza debe romper todo vínculo con la Tierra. Los lugares sagrados o lugares altos, los santuarios localizados deben proscribirse. La debilidad humana, empero necesita un centro cultural, así que será un objeto móvil, sin vínculo con el suelo, lo que podría convenir como residencia a Iahvé el arca era un trono de ese tipo, únicamente vinculado con los hombres y el grupo humano , no con un lugar geográfico determinado. El propio David no consintió en edificar el templo de Jerusalén, solo Salomón en su esplendor profano, se atrevió a transgredir las costumbres ancestrales. ( Paul Chalus, op.cit.)
Vemos como el divorcio Naturaleza-Religión viene desde siglos antes del Cristianismo, y cómo entre otras cosas, éste va a heredar la disociación. Y para ello, va a crear otra Naturaleza, otra Ley Natural, otra naturaleza humana.
No solo se trata ya de orientar la sugestión y credibilidad de las llamadas teofanías, hacia un ser proveniente del Imaginario, sino quitar toda mística de los planetas, las fuerzas naturales, o sea, desviar la mirada de lo real, hacia el Imaginario, o como le llama Chalus, a lo metafísico.
“El descubrimiento y el acercamiento de Dios no pueden hallar su origen en el espectáculo ingenuo del esplendor o de la regularidad de la Naturaleza, madre y protectora de los hombres. Nacen de la relación del hombre con su semejante, y su primer grado es la moral. La presencia del prójimo encamina hacia la presencia de Dios que, al principio, fue concebido como un patriarca ideal del que puede temerse todo, pero también esperarse todo. El misterio del rostro del prójimo es la imagen del rostro divino trascendente e inconcebible, y conduce hacia él, no mediante una comunión imposible, sino en una presentación casi siempre eventual, a veces terrible, que se funda en una alteridad esencial. Es un antropomorfismo, pues hay teofanías que también adoptan ese aspecto{ pero que es la antítesis del naturalismo: trasciende la Naturaleza sospechosa, y desemboca en un infinito que no es ni cósmico ni, quizá, metafísico, sino ético y propiamente teológico. “( Paul Chalus, op.cit.)
Queda asentado que desde tiempos muy anteriores al Cristianismo, ya existía una idea de dirigir y manipular al ser humano hacia un Dios metafísico, fuera de lo natural o de la naturaleza. Volveremos sobre este tema al tomar la Ley según Santo Tomás de Aquino, y la edificación de una columna vertebral jurídico moral, a partir de Kant., columna que por cierto llega a nuestros días a través de los ordenamientos jurídicos.
Al respecto, resulta interesante la lectura de una obra, HISTORIA Y ETNOLOGÍA DE LOS MOVIMIENTOS MESIÁNICOS ( María Isaura Pereira de Quiroz, Siglo XXI) , donde se analiza el porqué de la necesidad a través de los tiempos de buscar un Mesías. Con referencia a Israel, leemos:
“La religión de Israel es considerada habitualmente como la fuente de las creencias mesiánicas. Estas no son, sin embargo , particulares del pueblo judío. También se las encuentra en Asiria, en Caldea, en Egipto, auque de una manera borrosa. Su tema principal es siempre idéntico: un jefe sagrado o un príncipe de origen divino traerá a su pueblo un reino de felicidad y de paz.....
Max Weber ....demostró que cuanto menos autonomía política tenía Israel, mas vigorosa se hacía la creencia en un reino futuro en el que el pueblo oprimido ocuparía un lugar privilegiado. La situación social especial de Israel, amenazado y después invadido y dominado por sus enemigos, de un lado, y el personaje sagrado, de otro lado, eran los dos elementos que Weber consideraba fundamentales y que caracterizaban toda creencia mesiánica. Esa creencia le pareció específica de los “pueblos parias”, es decir , de los pueblos que habían perdido su independencia política. Cualquier pueblo podía dar nacimiento a un movimiento mesiánico si ocupaba una posición idéntica a la del pueblo judío y si poseía entre sus temas religiosos la creencia en la venida de un enviado divino.
Sin embargo; Max Weber fue mas lejos aún: afirmó que los movimientos mesiánicos podían surgir en circunstancias sociohistóricas diferentes de las del pueblo judío. En las sociedades estratificadas, ciertas capas sociales podían encontrarse en situación de inferioridad muy grande en relación con las capas superiores. En ese caso se manifestaría una reacción mesiánica cuyo objeto sería invertir la jerarquía social y llevar al rango más alto a los que vivían en estado de inferioridad. Esta situación de “clase paria” era quizá mas importante aun que la posición de pueblo paria” para la génesis de una creencia y de un movimiento mesiánico.”( María Isaura Pereyra de Queiroz, Op. Cit.)
Nos centremos ahora en el advenimiento del cristianismo, partiendo del Imperio romano.
Pero no si antes mencionar una advertencia que formula la misma autora que acabamos de mencionar:
“El mesianismo cristiano, fruto del mesianismo hebreo, conservó, aportando algunas transformaciones, el esquema de los temas principales. La decadencia del imperio romano, después la oleada de las invasiones bárbaras sobre Europa, formaron u clima propicio a su conservación y a su expansión, que exigen siempre para eso condiciones sociales de opresión y desgracia. .”( María Isaura Pereyra de Queiroz, Op. Cit.)
Hacia el año 200 d.C, las riquezas y tributos que habían llegado gracias a las guerras de conquista, habían extendido el Imperio, desde las actuales España, Gran Bretaña, Francia, al norte de África, Oriente Medio ,desde Egipto hasta Siria y Armenia. El poder había sumido a los emperadores en “excesos”, como el que nos cuenta la historia, después del asesinato del emperador Caracalla:
” Una vez emperador, Heliogábalo hizo cuanto pudo para introducir el culto de su dios ( dios sol-sirio) en Occidente. Con ello no hizo mas que incrementar la inmoralidad oriental (...) dominante en Roma. El emperador se entregó a orgías con toda clase de esclavos, danzantes e histriones de la peor ralea, hez de la sociedad que gozaba la triste fama de sus desvergonzados desórdenes. Los ritos orientales sumían a los romanos en una especie de embriaguez similar a la del opio; pero reflexionaron al fin e incluso los rudos mercenarios se avergonzaron de tener un emperador que elevaba vicios nefandos a la categoría de religión . la guardia olvidó el juramento de fidelidad y obediencia y asesinó al emperador y a sus miserables ministros. Su cadáver fue arrastrado por las calles y arrojado al Tíber. Así acabó, en el año 221, ese aquelarre de brujería que duró cuatro años, una de las páginas más sombrías de la historia romana. Calígula, Nerón, Caracalla y Cómodo llegaron a los treinta. En cuanto a Heliogábalo, no tenía mas de veintiún años al morir. Al terminar su breve reinado, la economía del estado se hallaba al borde de la quiebra. El propio gobierno no quiso reconocer la moneda suplementaria que mandó acuñar Heliogábalo y exigió los pagos en oro. ( Carl Grimberg, Roma, monarquía, república, imperio...caos...Historia Universal Daimon)
Es interesante no solo ver la historia, sino cómo se nos cuenta historia. Los adjetivos usados, como en la historia contada por Grimberg.
“El imperio atravesó un estado de crisis permanente que obligó a sus jefes a acudir sin cesar a los lugares amenazados, ya para detener una invasión, ya para reprimir una revuelta. La mayoría de ellos acabaron sus días en forma que llegó a ser habitual entre los emperadores romanos: asesinados por sus tropas. Y lo peor era que ya no se trataba de déspotas como Cómodo, Caracalla o Heliogábalo, quienes perdían así la vida, sino valerosos y eficientes emperadores, que querían restablecer el orden y castigar a los criminales......Roma tuvo varios emperadores simultáneos, elegidos por los ejércitos acantonados en cualquier rincón del Imperio. Este temblaba en sus cimientos y bandas de criminales pululaban por tierra y mar.
Para colmo de desdichas, hubo hambre y peste, consecuencia del estado de guerra permanente, y ellas provocaban mas victimas que las causadas por el enemigo. Poblaciones tranquilas tuvieron que soportar, además, a las tropas encargadas de su defensa. Los legionarios romanos, en otro tiempo celebres por su disciplina andaban ahora agitados e integraban bandas desenfrenadas, la mayoría de origen germánico.
La angustia económica dio lugar a tal estado de inflación crónica que los emperadores se acogieron sin escrúpulos a la acuñación de moneda falsa, aumentando el numero de piezas hechas con una libra de metal fino y alterando su ley. El valor de la moneda bajo en forma catastrófica, en dos o tres generaciones, el denario de plata perdió casi el 98 por ciento de su valor. Esta crisis monetaria influyó en desfavor del comercio y la industria. La confianza en la moneda como valor de cambio desapareció, las transacciones comerciales volvieron a las permutas y trueques, y no hubo ni siquiera el Estado, quien no pagase a sus obreros y soldados mas que en especie. Se volvió a las formas primarias de la economía. En este aspecto, la edad media aparecía ya en el horizonte.
Aquel medio siglo ( 235-284) fue infernal. Triunfaron los mas bajos instintos del populacho, todo cuanto era bueno y noble quedó despreciado y el legado de la civilización antigua parecía abocado a un fin lamentable. Solo la iglesia cristiana ofrecía aun cierta remota esperanza. Los mejores se refugiaban en la comunidad de los santos, pese a las persecuciones generalizadas y sistemáticas que decretó en el año 250 el enérgico emperador Decio para defender la unidad imperial. ( Carl Grimberg, op. cit.)
Vemos a través del relato de Grimberg, cómo en doscientos años, el cristianismo había crecido, más que por expansión propia, por el deterioro de las instituciones romanas. Lo cual no implicaba un cheque en blanco para que la religión católica se expandiera, sino todo lo contrario. Los últimos emperadores, como veremos ahora con Diocleciano, arremetieron tan fuerte contra los cristianos, que lograron lo que ellos querían conciente o inconscientemente: ser tratados como héroes.
“ La primera medida que adoptó Diocleciano, fue licenciar a todos los soldados y funcionarios que rehusaran sacrificar a los dioses de Roma. Pronto tomaría otras medidas. En un edicto del año 303, el emperador ordenó que fueran disueltas todas las comunidades cristianas, demolidas sus iglesias, y quemados los manuscritos bíblicos. Diocleciano evitó todo derramamiento de sangre mientras le fue posible, pero al obstinarse los cristianos, creció la tensión de una y otra parte, y muchos de estos pagaron su constancia en la fe, con el martirio y la muerte. Otros fueron condenados a esclavitud o a trabajos forzados en las minas. Mal alimentados y maltratado por los guardianes, trabajaban hasta morir. Muchas mujeres fueron arrastradas a los lupanares.
La última de las grandes persecuciones terminó en el año 311, por decreto del mismo hombre que fue el mas furioso artífice de ellas. Galerio, ya sucesor de Diocleciano en la parte oriental del imperio. Tal cambio de actitud dícese fue debido a una terrible y devoradora enfermedad que le hizo acudir al Dios de los cristianos cuando los médicos le desahuciaron. De acuerdo con los otros jefes imperiales, entre ellos Constantino, promulgó un edicto dando licencia a los cristianos para reconstruir sus iglesias y entregarse en paz a su culto. “ ( Carl Grimberg, op.cit.)
A partir de este momento, y con la decidida intervención de Constantino a favor de la Iglesia Católica, ésta se afirmará como poder en Roma. En el año 335 Constantino participa activamente del Primer Concilio de Nicea. Nueve años después nace el que después será San Agustín, pilar ideológico del catolicismo.
Como dato anecdótico, podemos mencionar que después de Nicea, los papas comienzan a tener una influencia decisiva en el marco político romano. La fiesta del Februatio, que se celebraba el 18 de febrero en honor del dios Februo, y que ponía en las calles a mujeres y hombres desnudos, para alejar la influencia de los demonios, fue abolida, y reemplazada por la fiesta de la Candelaria, que obviamente, puso vestiduras y santo recato a la Fiesta.
Pero de la misma manera, comienza la historia negra de los papas. La influencia del manejo político de los emperadores era muy cercana como para poder separarse de ellas. Gelasio I, en lucha contra Andrómaco en el año 492, y poco después, en el 498, Símaco contra Lorenzo, marcan los comienzos de las luchas por el poder, dentro del seno de la Iglesia Católica. En el año 526, Félix IV es elegido papa por compra de votos entre sus auspiciantes dentro de Roma.
Así, entramos en la edad Media, con papados confusos y varios interrumpidos bruscamente por envenenamientos. En el año 896, Esteban VII y el cadáver de Formoso. En 928, Juan X, muerto por Marozia y Guido, conde de Toscana. En 936, Juan XI, muerto por su hermano Alberico. La aparición de familias poderosas en torno al Papado, recrudecerá la lucha entre fracciones católicas, y los papas se apoyarán políticamente en otros emperadores, como el caso de Juan XII, negociando su poder con los emperadores germánicos Otón I y Otón II.
Ya en el primer milenio, los papas comenzarán a armar sus propios ejércitos, y alimentar las ideas de cruzadas, Benedicto VIII arma a su Dios contra los sarracenos, luego que en el año 1073, San Gregorio VII creara las cruzadas contra los moros, o sea , los creyentes no cristianos de Medio Oriente.
Y es en 1198, Inocencio II marca un punto fundamental de la guerra de expansión religiosa, al crear el Santo Oficio de Inquisición., con plena autoridad jurídica para dictaminar vida o muerte de los que atenten contra los preceptos de la religión católica. Inocencio III inaugura la época más sanguinaria de la que la Iglesia Católica no ha dado cuentas por lo grave de sus contradicciones ideológicas. Su poder político como Papa es sobredimensionado: elimina a los Cátaros por su influencia negativa para su plan expansivo, crea la orden franciscana para su reemplazo. Llega a prohibir la boda de Alfonso II de León con la hija del rey de Castilla, por su proximidad de parentesco. Pero lo más significativo de todo, es la creación del todopoderoso Santo Oficio, cuya primer sucursal se crea en la ciudad de Tolosa. En 1226, nace Santo Tomás de Aquino, que terminaría de asentar la justificación ideológica del cristianismo de ahí en más. En 1296 el papa Celestino V muere encerrado en vida por Bonifacio VIII, próximo papa, que se encargaría de perseguir a la poderosa familia Colonia de Roma, que tardaría siglo y medio en llegar al papado con Martín V, llamado Otón Colonia en la vida civil. En 1314, el poderoso Clemente V acaba con la fortuna desplegada por ejército católico templario y manda a la hoguera a Jacques de Molay , el alma-mater del ejército templario, después de haberlo acusado de blasfemo, homosexual y varios etcéteras. Lo más increíble de este periodo, es que la Inquisición se dirigiera primero , y antes que nada a los judíos, y a todo lo “judaizante”, a pesar que en sus comienzos, Jesucristo se había apresurado a desmarcarse de toda tendencia antijudía, a pesar de revolucionar sus leyes:
“ En diversas ocasiones, Cristo proclamó su fidelidad a la Ley de los Hebreos: “No penséis- dijo después del Sermón de la Montaña- que he venido a abolir la Ley de los Profetas; sino a darles perfecto cumplimiento. “ ( Carl Grinberg, op. cit.)
El caso es que , ( ¿por venganza de la resolución de aquel Sanedrín que pidió y obtuvo la sentencia de muerte de Jesús?) , la Inquisición desplegó en España un operativo antijudío que llevó a la condena a cientos de ellos, y a otros tantos, a un exilio forzoso en las costas de África, que terminó de lograr el trabajo de la lenta desaparición de los eternos errantes. Posteriormente se extendería a los árabes, y por fin, a todo aquello que no coincidiera exactamente con el mosaico católico.
1492 sería un año estupendo para el Imperio Católico. Con el auspicio de los Reyes inquisidores Fernando e Isabel de España, se añade el continente americano, lo que supondrá en los años siguientes, con la dominación de los Imperios Inca en Perú y Azteca en México, toneladas de oro y la imposición de la religión católica desde el estrecho de Magallanes al Río Bravo, a lo largo y lo ancho de un continente. Mientras tanto en el Vaticano, Alejandro VI ese mismo año, sucede a un Sixto IV que había visto socavado su reino espiritual gracias al asesinato del pronotario Lorenzo Colonia en San Celso, Banchi.
Pero Alejandro VI, padre de Lucrecia y Cesar Borgia, proveniente de una de las familias mas aristocráticas de Roma, inicia un papado corrupto y sangriento que incluye la muerte de su hijo César por el veneno que estaba dirigido a él.
Si bien puede ser un poco fatigante pasar por la historia del Vaticano, es importante para comprender el poder real que ejercía la Iglesia Católica, a partir del Imperio Romano. Poder político y poder económico, que llevó al papa Julio II, a decir en 1507 , que “las indulgencias – dinero recaudado- libran del fuego del infierno”
Con Sur y Centro-América en poder de España, las relaciones entre los Papas y los reyes de España se hicieron más fluidas, ríspidas por épocas, y amigables políticamente por otras.
El Santo Oficio de la Inquisición fue de alguna manera, una Gestapo que no solamente juzgaba y sentenciaba a los acusados, muchas veces simplemente denunciados por envidia o inquina de otros. Pero también disponía arbitrariamente de los bienes de los juzgados, siguiendo las reglas de los Cruzados de Jacques de Molay. Las rígidas normas morales impuestas por el terror de la Inquisición, duraron cuatro siglos, hasta que en 1800, Pío VII y Napoleón pactan la Roma francesa. En 1810 cae España bajo Napoleón, su hermano es proclamado Rey de España, y todas las colonias latinoamericanas quedan a la deriva, que luego la historia llamó independencia.
¿Podemos decir que hay que dar las gracias a Napoleón, para librarnos de la Inquisición? Pues poco menos que eso. A partir de 1810 comienzan las historias de los países como México, Argentina, Chile , Perú, que proclamaron como primeras Cartas Magnas, la adhesión ferviente al sistema católico apostólico romano, ya sin castigos de terror inquisitorial, pero aplicando la misma moral en los códigos penal y civil de cada país.
Sin ir más lejos, la Constitución española de Cádiz, hecha en rebeldía a Napoleón, decía en su artículo 12 “La religión es y será perpetuamente católica”
Hasta el día de hoy, por ejemplo el código Penal Mexicano en su titulo VIII, proclama los delitos contra la moral pública, castigando con 6 meses a 5 años de cárcel al que promueve la obscenidad en algunas de las formas descritas en el articulado.
Llegados a este punto, vamos a volver al tema de la naturaleza, habiendo demostrado como el camino papal mostró diferencias de cuidado entre lo que escribían los apóstoles y lo que sucedió después desde Roma.
Habíamos dicho que el mejor camino para llevar al adepto religioso a reconocer un Dios en el Imaginario Metafísico, era hacerlo mirar hacia arriba y despegarlo de la naturaleza.
Vamos a analizar lo que Tomás de Aquino pergeñó como ley natural en el año 1240, aproximadamente.
“ Como quiera, pues, que todo agente obra por un fin, y el fin tiene naturaleza de bien, el primer principio del orden práctico deberá ser aquel que se funda inmediatamente en la razón de bien: bien es lo que todo ser apetece. He aquí, pues, formulado el primer precepto de la ley: “se debe hacer el bien y evitar el mal”. Sobre este primer precepto se fundan todos los demás preceptos de la ley natural, de tal suerte que todo lo restante que deba ser hecho o evitado, en tanto tendrá carácter y naturaleza de precepto natural, en cuanto la razón práctica lo juzga naturalmente como un bien humano. “ ( Sto Tomás de Aquino, LA LEY)
“Existe una segunda inclinación- hija asimismo de la naturaleza humana, pero desde el punto de vista en que conviene con los demás animales hacia un bien más particular, más concreto. Conforme a esta inclinación, pertenecerán a la ley natural todas aquellas prescripciones que versan sobre lo que la naturaleza enseña a todos los animales: la procreación o perpetuación de la especie; la formación y crianza de los hijos, y otras de esta índole. Finalmente se encuentra en el hombre una tercera, propia suya , fruto de su naturaleza peculiar, racional, específica , hacia un bien más peculiar y concreto: el conocimiento de las verdades divinas; la convivencia social. ( Sto. Tomás de Aquino, op.cit.)
O sea que la justificación ideológica de la ley natural, se apoya en tres puntos: 1- hacer el bien y evitar el mal. 2- procreación de la especie. 3- combatir la ignorancia y la injusticia social. De esta forma, la Ley Natural se apoya en lo que la moral cristiana ( obviamente) determina como bueno o malo. Controla el sexo, a partir de lo que llama procreación o perpetuación de la especie. Y además, controla el aparato propagandístico que implica la difusión ( dice exactamente el conocimiento de las verdades divinas) y el control policial de lo que será justo o no socialmente.
Pero veamos como se recogen estas palabras:
“La existencia de una ley eterna, divina, que preside y regula todos los acontecimientos y la actividad toda de las criaturas, bien que combatida y reputada inadmisible por muchos, ....fue a fines del siglo XVIII, cuando se desató esa tempestad contra un derecho natural universalmente válido. ....que durante estos tiempos imperó como un dogma al que nadie osaba contradecir. Despojado el derecho natural de aquellas prerrogativas que tanto habían excitado las iras de losa adversarios, estos cayeron, sin darse cuenta, en el error de traspasar esas mismas prerrogativas al derecho positivo, poniendo de manifiesto con ello la necesidad de una norma de conducta superior a los individuos y a los pueblos: la ley natural.
Santo Tomás prueba la existencia de una ley natural, de una manera sencilla. Existe una ley natural porque existe una ley eterna que se actualiza, por decirlo así, en todos los seres, pero de un modo particular y singularísimo en el hombre, por cuanto Dios dejó al hombre a merced de sus consejos, es decir: al amparo de su propia providencia. La criatura racional –dice el Aquinatense- es su propia providencia y puede serlo también de los demás. La noción, pues, de ley eterna y el concepto mismo de criatura racional, son premisas que en su resolución llegan hasta el establecimiento de una ley innata, ingénita a la naturaleza humana, participación de aquella ley divina. De otro modo, ¿cómo podría el hombre conducirse libremente y a la vez ejecutar los planes de Dios? “ ( Constantino Pérez Alvar, Notas explicativas a La Ley de Santo Tomás de Aquino)
Con la misma soberbia y dominio de lo Imaginario, la voz ideológica del catolicismo proclama entonces, que existe una Ley Natural y un Derecho Natural que a su vez, responden a una Ley Eterna, parte, evidentemente, de los “Planes de Dios”.
La filosofía del Derecho, hace historia de lo que pasó entre Tomás de Aquino y nosotros:
“ El derecho natural ha tenido cuatro rasgos, subrayados de maneras diversas en las distintas épocas:
1- el derecho natural ofrece juicios de valor jurídico “determinados en su contenido”.
2- Estos juicios de valor han de ser de vigencia general e invariable, ya sea que se considerara como fuente de derecho natural a la naturaleza, a la revelación o a la razón.
3- Se trata de juicios de valor accesible al conocimiento.
4- Estos juicios “tienen primacía ante las leyes que le son opuestas”, y por tanto el derecho natural puede quebrantar el derecho positivo.
Bástenos con señalar, por ejemplo, que Michel Villey, después de referirse a la Escritura como fuente del derecho, señala, que , el considerar la escritura como derecho natural, responde a la tendencia agustiniana y luego medieval de observar la ciudad terrestre en la ciudad de dios, de carear y de organizar sobre la tierra la ciudad de dios. El mismo autor indica que el pensamiento acristiano medioeval tiende a constituir un derecho de origen religioso, comparable a lo que es hoy todavía el derecho musulmán, idéntico a la voluntad divina, conocido por la sagrada escritura, y del cual los sacerdotes son los interpretes. Definir el derecho sea asunto del clero, de los teólogos. Y nada de asombroso habrá en que la doctrina haga seducido a los eclesiásticos y a l sector mas viviente del techo medieval que es, sin duda, el derecho canónico, y que estuviera enteramente en las manos de los clérigos. ( León Duzoune, Filosofía del Derecho)
Para Kant ( 1723-1804), la ley moral ordena, y ella es un mandamiento dirigido a todos los hombres en toda circunstancia. Por eso Kant debió elaborar una fórmula que abarcara todos los actos morales...en el Imperativo Categórico tal como Kant lo presenta, se exterioriza el pensamiento de que la razón humana ha de obrar como legisladora, para que se realice el ideal moral a que el hombre ha de aspirar por su misma condición humana. El Imperativo Categórico encierra el pensamiento de que la Humanidad en el hombre tiene valor absoluto.
“Además del Imperativo Categórico, ha de haber un sentimiento que impulse al hombre a someterse a la ley moral. ....la conciencia moral exige de cada ser humano una libre e incondicional sumisión al deber. ( .......)”
“La moralidad no se identifica con la felicidad, y no es creada con vistas a esta última. Pero la sumisión a la moralidad merece la felicidad. Como quien vive la sumisión a la moralidad no tiene ni puede tener la felicidad en este mundo, la razón práctica crea la idea de un juez divino que en el otro mundo adjudicará a cada uno la felicidad de acuerdo a su merecimiento.” ( León Dujovne, op. Cit.)
Veamos dentro del mismo ámbito de la evolución ( o no) de la Filosofía del Dercho, qué aporta G.W. Hegel:
“ Hegel declara textualmente: en cuanto a la apreciación de lo instintos, la dialéctica aparece así: .......1) los deseos, las pasiones, etcétera del hombre solo se tornan malos cuando el hombre se ha vuelto consciente de su verdadera naturaleza libre. 2) el deseo, que necesariamente sirve como un personal e inmediato motivo de acción, desempeña un papel orgánico en la concepción hegeliana del hombre.....cada ser humano, a su propia manera, desempeña un papel en la realización de los fines de la humanidad. En cuanto ejecute efectivamente este o aquel acto, el acto es juzgado , no según la personalidad del agente, sino desde el punto de vista del bien o del mal universal. “ ( León Dujovne, op. Cit.)
Luego, Stammler aportará sus opiniones:
“El hombre necesita de una norma absoluta para dirigir su conducta y aunar sus esfuerzos en un solo sentido. Para ello se vale de la moral, de preceptos que en cada caso sean eficientes. También le hacen falta normas que fundamenten su actuación en común, para la satisfacción de necesidades humanas, o dicho de otro modo, le es menester una justificación del régimen de regulación exterior. ( León Dujovne, op. Cit.)
Y finalmente, Kelsen:
“ para Kelsen, la teoría del “derecho natural” encierra un “error lógico”, porque de la “naturaleza” como la realidad empírica de los hechos concretos en general, o como el comportamiento concreto-interior o exterior- de los hombres, no es posible deducir normas. Esa naturaleza es un conjunto de hechos ligados según el principio de causalidad, es un ser y de un ser no se puede deducir un deber.
La concepción según la cual el valor es inmanente a la realidad se basa en la idea de la creación o del gobierno de la realidad de la Naturaleza por una autoridad trascendente que encarna el valor moral absoluto. Merced a esta idea, fundamento de la teología cristiana, cabe ver en las leyes de la Naturaleza normas y deducir de ella el derecho justo. Así, solo una teoría teológica del derecho natural puede ser teleológica.
“Las tentativas de fundar el derecho natural sobre la índole del hombre, como toda teoría de derecho natural, presuponen y proyectan en la naturaleza las normas de un justo comportamiento. Esas tentativas buscan la naturaleza del hombre en su “naturaleza interna” psíquica, en sus tendencias, sus inclinaciones, sus instintos, o bien en su razón o en sus sentimientos. Lo mismo que contra la teoría del derecho natural en general, también contra las tentativas a que nos estamos refiriendo se puede elevar esta objeción: del ser no se puede deducir un deber, de hechos no se pueden deducir normas.
Luego, como los instintos de los diferentes hombres están en conflicto los unos con los otros, es imposible satisfacer a la vez el instinto de un hombre y el instinto de otro hombre, Kelsen comenta diversos hechos y discurre.....que como en la naturaleza se dan instintos diversos y aun opuestos, se concluye por establecer una distinción paradójica entre una naturaleza “natural”, y una naturaleza “No natural”. ....La naturaleza tal como es, cede el lugar a una naturaleza ideal, tal como ella debe ser según en derecho natural.
...Solo sería derecho natural la norma según la cual el hombre debe comportarse como la mayoría de los hombres se comporta regularmente. Mas , para ello seria menester, cosas improbable, que se tratara de una mayoría en el seno de la humanidad entera y que se pudiera acordar a tal norma una validez absoluta. Y esto último solo es posible si se cree que es voluntad de Dios el que la naturaleza del hombre se manifieste en el comportamiento regular de la mayoría de los hombres, y no en el comportamiento de la minoría. ..... ( León Dujovne, op. Cit.)
Kant, Hegel , Stammler y Kelsen son algunas de las voces de la Filosofía del Derecho que trataron de dar una respuesta al acertijo lanzado desde los profetas de Israel dos mil años antes de Jesucristo. Al margen de que existan hoy en 2001 d.C, vertientes filosóficas encontradas, en el sentido que existe o no el Derecho Natural, o la Ley Natural, existe lo que se denomina el Derecho Positivo, o sea la legislación vigente en espacio y tiempo, en cada país de formación católica, existe un Derecho vigente, con sanciones a los delitos, que están inspirados en una “forma de vida” o sistema de vida”, a un “sentido común” de convivencia entre los seres humanos de una sociedad, que ha determinado un modo de vida que da origen a sanciones para los que transgredan ese modo de vida.
Quienes han decidido ese modo de vida, son los integrantes de las normalmente llamadas “fuerzas vivas”, o sea, gente determinante en el devenir social, por ejemplo, los empresarios fuertes que son dueños de predios, empresas, que determinan fuentes de trabajo, e inciden políticamente en la elección de autoridades, merced a su participación económica en las campañas. Junto a estos empresarios, podemos encontrar autoridades militares, religiosas ( el arzobispo, por ejemplo), y jueces. Detrás de un ordenamiento jurídico, por ejemplo, de un delito contra la moral ( por ejemplo, la pornografía), hay una consideración jurídica, expresada en tratados de Derecho Penal, y Filosofía del Derecho, como hemos visto. Además de una Jurisprudencia de otros países del mismo orbe moral.
A esto se le llama el espíritu de la ley, en lo que se basa, conforme al interés común, al interés social, que en realidad, es opinión de la cúpula de poder que ha creado las bases morales y por ende, el ordenamiento jurídico.
En resumen, que la moral pública y sus consecuentes leyes no han sido creadas por un ama de casa, ni un recogedor de basura, sino por los sectores sociales de poder. ¿y esto qué tiene que ver?
La Iglesia Católica, ya desde los papados próximos a la aristocracia romana, primero y a los distintos reyes y emperadores europeos, se acostumbró a moverse en círculos de poder, para mantenerse en un status decisorio, que culminó en 1929, con la ratificación del Estado Vaticano como republica independiente, con fronteras y moneda propia.
Afirmado desde 1810 en el poder económico, el Vaticano , así como bendijo ejércitos como los Templarios, en el siglo XX bendijo gobiernos fascistas tales como el de Benito Mussolini en Italia o el de Francisco Franco en España. La misma energía que se usó con los reyes Fernando e Isabel para masacrar y expulsar a los judíos de España en 1490, se usó para masacrar y expulsar a los republicanos comunistas en 1936. Grupos de ultraderecha, como la Falange, fue armada por Mussolini y Hitler y bendecida por la Iglesia española, que había visto cercenar el poder religioso por el gobierno de izquierda republicana.
En México, en los mismos años, los gobiernos anticatólicos como el de Plutarco Elías Calle o Lázaro Cárdenas, fueron combatidos por ejércitos armados como el de los llamados “Cristeros”, o grupos de ultraderechas, como el denominado Yunque, que hasta el presente ha determinado su influencia en los grupos de poder.
En momentos de escribir este ensayo, una publicación del periódico mexicano “Monitor”, de fecha 16 de agosto de 2001, denuncia el adiestramiento militar de cientos de jóvenes, a manos del secretario de gobernación del estado de Querétaro, un tal Botello, reconocido como integrante del denominado Yunque, y miembro del consejo nacional del PAN, partido de derechas de México.
En Argentina, la Iglesia Católica bendijo el golpe de estado militar de 1976, que inició una cacería feroz determinando 30.000 muertes, llamadas eufemísticamente “desaparecidos”. La misma historia sucede en la década trágica de los setenta en las dictaduras militares de Chile y Uruguay.
Todos estos datos históricos no pretenden enfocar a la Iglesia Católica ni al Vaticano como los malos de la historia, simplemente fue la Institución que emergió con mayor poder político , militar y económico, a partir del Imperio Romano, y que se encargó de mantener una hegemonía global, hasta nuestros días, merced a la imposición de una moral compulsiva y restrictiva, basada en el miedo y el castigo psicológico, aún en nuestros días.
Los demás grupos religiosos, si bien no tienen el mismo poderío económico-financiero que el Vaticano, mantienen en general códigos morales similares, al proponer al feligrés, un Imaginario basado en una vida ultraterrena dada por un Dios metafísico, invisible o carente de rostro real. Estos grupos, no son uno ni dos, según un libro de 1994, en México, solamente, estaban registrados como religiones , mil novecientos sesenta y seis asociaciones religiosas, entre católicas, protestantes, crísticas, y otras.
¿A que tanto por ciento representan en un país todos estos grupos? Sin podernos afirmar en ninguna estadística, simplemente podemos decir que muchos, tal vez una clara mayoría que determina en el inconsciente colectivo, una forma de ser social, luego, una moral basada en el Imaginario, con un Dios metafísico.
Sumado a esto, las creencias populares apoyan, por ejemplo en México, la teoría de Jung en el sentido de una “Cuaternidad”, en lugar de una Trinidad, el culto a la Virgen de Guadalupe, es en algún sentido, similar en importancia y respeto popular, a la de Jesucristo.
Aquí conviene recordar a Durkheim, cuando decía:
” cuando una convicción un poco fuerte es compartida por una comunidad de hombres, adopta inevitablemente un carácter religioso; inspira en las conciencias el mismo respeto reverencial que las creencias propiamente religiosas. Es , pues, infinitamente probable(....) que la religión corresponda a una región muy central de la conciencia común. “
“La religión cumple una función social preeminente en las sociedades segmentarias, porque expresa y asegura el mantenimiento de su conciencia común. De aquí que en los orígenes todo sea religioso; el sistema de conocimiento, pero también el sistema de control jurídico-moral. “
“ Dado que la moral aparece por doquier a lo largo de la historia como algo impregnado de religiosidad, es imposible que se desembarque totalmente de tal carácter, en otro caso dejará de ser ella misma...” ( Emile Durkheim, Las Formas elementales de la vida religiosa”).
Pero vamos a puntualizar la moral como una semilla emergente de la educación. He tomado dos libros que habitualmente se utilizan en México ( uno ya está propuesto en España) para el estudio de la Ética como materia de estudio, en los niveles de secundaria, o preparatoria, que equivale al segundo ciclo, de edades entre doce y diecisiete años, aproximadamente, en definitiva un preuniversitario.
El primero de los textos es manifiestamente escrito desde un punto de vista cuando menos, cristiano. Veamos qué dice con respecto a la educación en el bachillerato:
“ Justamente, un curso de ética en Bachillerato es la culminación de ese proceso racional educativo, a la edad en que la mente del joven pide (negrita mía) las razones profundas de lo que debe hacer. Seguir “obligándolo”, exclusivamente a base de premios y castigos, sería tratarlo como niño.
Por supuesto, los premios y castigos, así como la acción del inconsciente, y una ligera coacción (negrita y cursivas mías) como impulso en ciertos casos especiales, también deben ocupar un lugar en la educación del niño y del adolescente. La razón es que el hombre no sólo es razón, también es pasión, también cuenta con un temperamento que es necesario domar. La razón debe tratarse con razones, y mientras el resto de las facultades no se someta a la razón, se deben utilizar procedimientos auxiliares que ayuden al cumplimiento del deber.( negrita y cursiva mías). De todos modos, la madurez del educando está en razón directa de la preponderancia de la razón en su conducta. “ ( Introducción a la Ética, Raúl Gutiérrez Sanz, Edit. Esfinge)
Vemos como un autor como Gutiérrez Sánz, que luego será considerado como libro de cátedra, esgrime términos tales como que la mente del joven PIDE razones, que según él, la sociedad debe dárselos. Pero a la vez, autores como éste, consideran que el temperamento de l ser humano debe ser domado como un animal salvaje, como un caballo que es obligado por la fuerza a que cumpla funciones de servicio al ser humano, como ha sido desde que apareció el caballo en la historia humana. Pero para ello, es necesario, según este tipo de autores, utilizar procedimientos auxiliares que ayuden la cumplimiento del deber. Estos procedimientos auxiliares, no son sino un delicado eufemismo para crear métodos de represión y supresión de las libertades naturales con que nacemos.
La Ética impone valores similares a los que el Catecismo impone desde el bautismo católico. Veamos qué dice este autor sobre la obligatoriedad de la moral, en sus fundamentos:
“ En otras palabras, el hombre, con su razón, trasciende el plano de los hechos y percibe el valor de las leyes. Con esto se impone a sí mismo una obligación o exigencia de tipo racional, sin menoscabo de su libre albedrío y de su autonomía.....existe además, una fundamentación superior de la obligatoriedad de la ley natural. Puesto que su origen está en la mente divina, se dice que el fundamento último de su obligación es Dios ( cursiva del autor) . Por consiguiente, quien obedece una ley impersonal por propio convencimiento, ha logrado ya bastante. Pero quien obedece la misma ley en atención a su origen, que es Dios, ser personal, valor absoluto, creador de la propia persona, y benefactor en todo sentido, alcanza un nivel superior, no sólo en la eficacia de su actuación, sino en la elevación de su intención , y en la valoración moral de su conducta. No es lo mismo obedecer un reglamento frío que actuar por amor a Dios. En resumen e, el fundamento próximo de la obligación es el valor, y el fundamento último es Dios. “ ( Raúl Gutiérrez Sáenz, op. Cit.)
Cabría advertir que dentro de estos conceptos, entra el de la guerra justa, como que no es lo mismo obedecer un frío reglamento militar, que actuar contra los herejes que pretender subvertir el orden divino adoptado por una sociedad. Los musulmanes, por amor a su Dios, han creado la Yihad, o Guerra Santa contra los infieles; Bush ha creado la guerra justa contra el terrorismo islámico, por amor a su Dios.
La dicotomía en el lenguaje religioso ha sido manipulada hábilmente desde tiempos inmemoriales con fines claramente políticos. Aceptado calladamente por los millones de fieles que adhieren no solo al mesianismo creado por esa religión, sino a su dicotomía filosófica, adaptable a la conveniencia política en el momento histórico. Si no, ¿cómo podrían explicarse que mandamientos tales como los consabidos “ no matarás” o “ amarás a tu prójimo como a ti mismo”, por ejemplo, desaparezcan frente a las crueles matanzas de civiles del ejército israelí, en el año 2006?
Para finalizar con este libro que comentamos, vemos parte de su conclusión final:” Lo importante es tener un ideal efectivamente valioso, noble, elevado y acudir en pos de él, vivir en función de él, ordenarse por entero a él. La recta razón y la prudencia escogerán el camino adecuado para conseguirlo. Ese ideal es u aspecto del ideal de la Razón Práctica, una participación del Bien Absoluto, un analogado de la Personalidad Absoluta. Y es que la razón y la voluntad del hombre están tendidas hacia lo Absoluto. Realizar esta tendencia es trascenderse, es impregnar la conducta entera de valor moral. Vivir en función del Ideal significa, entonces, existir ( es decir, estar fuera de sí mismo), proyectarse en el Valor, y por tanto, adquirir el valor de la existencia auténtica, que no es sino otro modo de llamar al valor moral. “ ( Raúl Gutiérrez Sáenz, op. Cit.)
Es una buena síntesis para que veamos de qué manera la naturaleza humana es desplazada, desde este punto de vista ideológico, para sacar al ser humano del cuidado de su propia realidad, y sumergirlo en el Imaginario. Los conceptos de Absoluto, Ideal, estar fuera de sí mismo, son los conceptos que usan las religiones para hacer sentir al ser humano que en realidad él no es nada, ni su vida importante, frente a la monumental creación divina, y la vida eterna en el reino que le espera a su muerte.
Otro autor, Adolfo Sánchez Vázquez, en su libro “Ética”, dirigido ya a un alumnado universitario, esboza una definición de moral:
“ La moral es un sistema de normas, principios y valores, de acuerdo con el cual se regulan las relaciones mutuas entre los individuos, o entre ellos y la comunidad, de tal manera que dichas normas, que tienen un carácter histórico y social, se acaten libre y conscientemente, por una convicción íntima, y no de un modo mecánico, exterior o impersonal.” ( Adolfo Sánchez Vázquez, Ética, editorial Grijalbo)
Si bien no tanto como el caso anterior, vemos una tendencia nuevamente hacia el Imaginario, desde cuanto se incluyen en la definición de moral, conceptos tales como “acatar libre y conscientemente”, o “ convicción íntima”, cuando la realidad social impone un criterio de conveniencia , sobre todo económico-financiera, de adherir a principios ético-morales impuestos desde grupos que están en el poder. Pero, sin embargo el autor nos sorprende en el tema de la obligación moral cuando dice:
“ El defecto común de las teorías de la obligación moral , antes examinadas, es que parten de una concepción abstracta del hombre. Por ello, su concepción de la obligatoriedad moral es también abstracta, al margen de la historia y de la sociedad. La obligación moral ha de ser concebida como propia de un hombre concreto que , en su práctica moral efectiva, va cambiando el contenido mismo de sus obligaciones morales de acuerdo con los cambios que se operan en el modo de cumplir la moral su propia función social. “ ( A.Sánchez Váquez, op. Cit.)
Si bien efectivamente parece ser una actitud crítica a puntos de vista deterministas, como el de Gutiérrez Sáenz, no puede dejar de verse cierta ambigüedad al hablar de cómo va a cambiar el contenido de las obligaciones morales. Los supuestos cambios de los que habla Sánchez Vázquez, son golpes de timón que provienen de los timoneles políticos de la sociedad. Por ejemplo, la prostitución como práctica de venta sexual del cuerpo, ha sido no solo denostada como una degradación moral, sino como un delito penal, llamado lenocinio. Pues lejos de ser drásticamente combatida, es una práctica permitida, auspiciada y promocionada en periódicos y revistas. ¿Cuál es la posición del integrante de la sociedad, frente al lenocinio? Dentro de un oficio religioso, puede llegar a condenar vehementemente el hecho denunciado, pero en otros medios, ignorarlo, ser indiferente o , como sucede en muchas familias de estructura patriarcal-machista, asumir hipócritamente actividades sexuales con prostitutas/os , o transexuales.
En otra parte de su libro, Sánchez Vázquez coincide con esta visión, muy aplicable al momento que vivimos dentro de un panorama neoliberal de capitalismo feroz:
” La economía se rige, ante todo, por la ley del máximo beneficio, y esta ley genera una moral propia. En efecto, el culto al dinero y la tendencia a acumular los mayores beneficios constituyen un terreno abonado para que en las relaciones entre los individuos florezcan el espíritu de posesión, el egoísmo, la hipocresía, el cinismo y el individualismo exacerbado cada quien confía en sus propias fuerzas, desconfía de la de los demás, y busca su propio bienestar aunque haya que pasar por encima del bienestar de los demás. La sociedad se convierte así en un campo de batalla en el que se libra una guerra de todos contra todos. Tal es la moral individualista y egoísta que responde a las relaciones sociales burguesas. ...
“Así como la moral burguesa trata de justificar y regular las relaciones entre los individuos en una sociedad basada en la explotación del hombre por el hombre, así también se echa mano de la moral para justificar y regular las relaciones de opresión y explotación en el marco de una política colonial o neocolonialista. “...
“...pero, en los tiempos modernos, ....se echa mano de la moral para justificar la opresión. Esta moral colonialista empieza por presentar como virtudes del colonizado, lo que responde a los intereses del país opresor: la resignación, el fatalismo, la humildad o la pasividad. Pero los opresores no solo suelen hacer hincapié en esas supuestas virtudes, sino también en una pretendida catadura moral del colonizado ( su haraganería, criminalidad, hipocresía, apego a la tradición, etc) que viene a justificar la necesidad de imponerle una civilización superior. “ ( A. Sánchez Vázquez, op. cit. )
Al hablar este autor de Cambios histórico-sociales y cambios de moral, se refiere a estos conceptos, al pasar ,obviamente por el marxismo, y no como opinión propia. Es importante, sin embargo, ver cómo se aplican aquellos criterios supuestamente enfocados a principios del siglo XX, a la realidad de nuestros días, en este mundo globalizado por el neoliberalismo, sistema ideológico-político que por cierto, ha reenfocado la visualización del ser humano hacia su propio cuerpo, hacia la necesidad de estetizarlo, de abandonar la gordura, ya sea por gimnasios, terapias o quirófanos. De agradecerse al neoliberalismo que, aunque sin ocuparse, por supuesto del cerebro que almacena el cráneo, ni de la salud del cuerpo, se preocupe, al menos, de la apariencia externa......
EL PESO DE LA HISTORIA
“El Yo todavía está sano, pero se encuentra desgarrado por el instinto de un lado y por la moral del otro, entre la afirmación y la negación de los instintos y de la moralidad. El yo parece enfurecerse contra su propia conciencia moral, trata de librarse de sí mismo exagerando los actos impulsivos. La conciencia moral se revela claramente como el resultado de una educación brutal, llena de contradicciones. ....El Yo se defiende a sí mismo mediante la represión contra una conciencia moral exagerada, del mismo modo que , en otros casos, se defiende contra los deseos sexuales”
Wilhelm Reich, La función del Orgasmo
¿Cómo repercute en nosotros todo lo expuesto anteriormente? ¿Existe una memoria genética que guarda toda esta información? ¿Existe una memoria atávica que nos condiciona ? Hay respuestas que todavía la genética no logra responder, a pesar que la ciencia ha avanzado, mejor pagada, en otros sectores. Podríamos , a riesgo de ser muy audaces, decir que hemos recibido información de nuestros padres, y ellos de los suyos, y así sucesivamente. Lo que es incontrastable, es que desde el momento de ser engendrados, comenzamos a desarrollarnos en el vientre materno, y percibir todas sus sensaciones. Al nacer, no tenemos otra experiencia que la que vamos creando, pero comenzamos a recoger y procesar toda información proveniente sobre todo de la madre. El trato con los órganos sexuales, la limpieza de ellos y el cuidado, la forma en que lo haga, será recogida puntualmente determinando las primeras sensaciones de placer o displacer, que no podremos analizar conscientemente, pero que sin duda, motivará nuestra satisfacción, o reprobación en forma de llanto.
Todo lo que exprese a partir de entonces, quien nos cuide, quien nos cambie el pañal o nos manipule los genitales, será recogido formando parte de un primer cúmulo de sensaciones, que con el tiempo se traducirá en un recuerdo positivo o negativo. Y es en estos contactos sexuales con la madre, la canguro, la abuela o la tía, que nos dará las primeras pautas morales, cuando nos toquemos nuestro propio sexo, y recibamos una indicación al respecto.
El que nos digan “ no te toques ahí “ o “ cochino, ahí no”, será tan importante para la relación posterior de uno mismo con su sexo. Más aún si existe entre las personas que nos “cuidan” alguien que le agregue detalles como “ no lo hagas porque es malo, y Dios te está mirando y te castigará por hacerlo”. Por ejemplo. También puede que nos toque alguien que diga: no es malo que te toques” “puedes hacerlo, pero no cuando salgas a la calle”.
Estamos a tiempo de crear generaciones libres de karmas morales, por llamarle de alguna manera. Pero obviamente, primero tendremos que trabajar nuestra propia casa. El solo hecho de haber recibido una educación moral represiva, es suficiente para tener conductas de vida no concientemente analizadas, y por tanto, agresivas con nuestro propio cuerpo.
Debemos puntualizar en primer lugar, y con seriedad, , el hecho de que somos normalmente agresivos con nuestro cuerpo, la sociedad es agresiva con el cuerpo de uno, y sin importarle en absoluto el cuerpo en otra forma que produciendo para el crecimiento económico de la sociedad. Pero también uno mismo es agresivo con su cuerpo, en la medida en que lo obliga a una fisiología no deseada por el cuerpo . Uno es agresivo con el cuerpo cuando lo obliga a comer o tener sexo cuando no hay disposición química .Cuando le mete medicamentos químicos durante mucho tiempo, alterando los ciclos y variables normales. Cuando lo obliga a bajar o subir de peso por disposición mental y sin tener en cuenta las variables energéticas. En fin, uno es agresivo con el cuerpo muchas veces, y lo único que hace es enfermarlo y avanzarle más hacia la muerte.
Es difícil entonces, dar este primer paso y detener la guerra contra el propio cuerpo. Y de la guerra a la paz del cuerpo habrá otro trayecto, como un animal al que se le ha pegado en un buen tiempo, el hecho de acostumbrarse a no recibir agresiones y en cambio, elementos de placer, no será un cambio que se pueda efectuar de un día para otro, obviamente.
Es fundamental, y hasta podríamos decir básico, en este proceso de reencuentro o encuentro con nuestro cuerpo, la autoexploración. Una autoexploración libre de todo tipo de prejuicios y preconceptos heredados o adquiridos en nuestra propia educación. Una autoexploración no de un día o dos, sino de un tiempo de estar a solas consigo mismo, y tocarse, acariciarse, buscarse por primera vez zonas, sitios, puntos que sin saberlo, nos abren el camino del placer o la relajación.
A veces, la presión moral social es tan fuerte, de acuerdo al sector social donde hayamos crecido, que el hecho de que pasemos una mano o un dedo sobre tal o cual zona del cuerpo, etá estigmatizada como propia de un colectivo sexual determinado. Ese solo hecho basta para que tengamos encima un tabú de convertirnos automáticamente en parte de ese colectivo, si movemos la mano un palmo más o menos de lo permitido por el tabú.
De igual manera es el acecho sobre nosotros que ejerce la psicología oficial. Desde la espada de Damocles de las parafilias, se nos advierte permanentemente sobre el riesgo de usar tal o cual prenda, o leer tal o cual revista, etc. Etc. La definición taxativa sobre lo que es normal o no es normal, implica a la vez el riesgo de experimentación. como si probar una vez el vino tinto nos fuera a hacer alcohólicos, o fumar un join de marihuana, nos va a transformar inmediatamente en adictos irrecuperables. Será la consecutividad de los actos, y no los actos en sí, los que nos hagan proclives o amantes de una costumbre. Una experiencia homosexual no nos hace homosexuales, ni ser hombres y usar una falda y tanga para ir a una fiesta nos hace travestidos. En este punto debemos ser muy claros en que el peor enemigo nuestro es el que está dentro, el chip que nos han metido, pero que depende de nosotros que lo mantengamos vivo o no. No es la sociedad ni Dios que nos está mirando para ver si experimentamos o no. Somos nosotros los que nos estamos autolimitando en expandir el campo de placer o relajación de nuestro cuerpo. Si nos hace felices comer cinco veces al día o tener un orgasmo diario, depende en absoluto de los limitantes que nosotros mismos nos pongamos, no de las clasificaciones que nos llegan vía televisión, libros religiosos o psicologistas.
En este caso, es tan peligroso para uno mismo, el guiarse por el qué dirán social, como por el miedo a lo que uno tiene dentro y no quiere ver. Tarde o temprano, ya sea por una borrachera inesperada, o por drogas, la tenue barrera que separa la inhibición del atrevimiento, terminará por sacar lo que uno quiere experimentar de alguna manera.
Y antes que vivir la patética escena del arrepentimiento culposo de la explosión de espontaneidad placentera, es mejor hacerlo concientemente. Como también será necesario edificar concientemente una escala de valores propia, para confrontarla con los eres que nos rodean. Nos hemos acostumbrado a vivir relaciones hipócritas con las personas que amamos en pro de mantener una moral en la que no solamente no creemos, sino que denostamos y odiamos en lo más profundo de nuestro ser. Esas personas que amamos y nos aman, merecen cuando menos, una confrontación de principios, normas o reglas morales que pueden o no estar de acuerdo a las que la sociedad impone. Pero será dentro de estos primeros núcleos básicos, pareja, familia, amigos, donde comencemos a propagar esa sinceridad que hemos pactado con nuestro propio cuerpo.
Y finalmente, proyectar esto al entorno, educar niños en esta práctica, tampoco será fácil, en cuanto tendremos dos procesos paralelos, el de uno mismo y el de los que están bajo nuestro cuidado.
Pero el desafío, mejor dicho, los desafíos, valen la pena. Siempre valen la pena cuando aún hay una puerta abierta, una posibilidad de encaminarnos hacia la salud y la alegría de vivir, el goce de nuestro cuerpo, y el llevarlo por un camino de paz y bienestar.
Es necesario darnos cuenta que no estamos aquí para sufrir. Que ningún sacrificio vale la pena, que ningún dolor es necesario; Que si existe una vida después de la muerte, será estupendo, pero en este momento estamos aquí y ahora y lo único que cuenta es vivir lo mejor que podamos. Que nuestro cuerpo no es nuestro vehículo, es uno mismo. EL cuerpo no es imaginado, es real, existe, es palpable, podemos hacerlo funcionar con vitalidad, alegría, o podemos llevarlo a la decrepitud y la enfermedad. Que es divertido extraviar nuestra mente en mundos mágicos, imaginarios, pero no existen en la forma latente y bulliciosa como existe la sangre y la energía en nuestro cuerpo. Que por tanto, es primordial dar prioridad al trato de nuestro cuerpo, antes que a lo imaginario o a lo posible, a lo improbable.
Nada estará permitido o prohibido sino proviene de nuestra propia decisión. De la propia escala ética de valores que construiremos a partir de un cuerpo equilibrado y con energía positiva en movimiento.
Carlos Romera y Figueroa-Wild
México 2006, derechos reservados.